La Justicia burguesa y la opresión a las personas con discapacidad

Un marco de Justicia de discapacidad entiende que todos los cuerpos son únicos y esenciales; que todos los cuerpos tienen fortalezas y necesidades que deben satisfacerse. Sabemos que somos poderoses no a pesar de las complejidades de nuestros cuerpos sino debido a ellos. Entendemos que todos los cuerpos están atrapados en ataduras de capacidad, raza, género, sexualidad, clase, estado nación e imperialismo, y que no podemos separarlas. Estas son las posiciones desde las que luchamos. Estamos en un sistema global que es incompatible con la vida. No hay forma de detener esta máquina en movimiento de un solo cambio: debemos desmantelarla. Patty Berne

Nota blog V.O.: Presentamos a continuación algunos fragmentos seleccionados del documento: “La facilitación del acceso a la justicia de Plena inclusión. Donde se narra las dificultades y barreras que encuentran las personas con discapacidad intelectual en la justicia burguesa. Donde los inocentes pueden entrar a la cárcel y los criminales salir impunes. No estamos hablando de la novela Los Miserables de Víctor Hugo del siglo XIX sino de la presente realidad.

Un ejemplo más de las contradicciones del sistema capitalista que no cumple con sus pretendidas “garantías” judiciales que marca su ley. Las personas con discapacidad son especialmente oprimidas por la justicia burguesa: personas con discapacidad intelectual, sordos por falta de intérpretes de lengua de signos etc

Elena, facilitadora: “No hace mucho tuvimos un juicio —ni siquiera era un juicio sino una vista— donde la persona con discapacidad se la pasó llorando todo el rato y se desestimó el caso porque se consideró que la persona no estaba preparada para declarar. ¡Lo que estaba era aterrorizada! Estaba muy incómoda. Entonces, lejos de suspender para buscar otro medio en el que la persona estuviera más cómoda —además era la víctima, fue la que denunció— se desestimó el caso, porque se consideró que no estaba preparada. No hubo realmente una intención de que estuviera preparada, simplemente la persona no se adaptó al sistema. No hay ninguna intención de que el sistema se adapte a la persona. Es tremendo el ámbito jurídico para cualquier persona que pase por ello y para las personas con discapacidad es sangrante porque viven situaciones dramáticas sin a veces necesidad de tener por qué vivirlas, más allá de lo que implica el juicio, que siempre es incómodo”

Gabriela, facilitadora: “En la mayoría de personas con discapacidad intelectual que acaban en un proceso penal digamos más complicado, no son evidentes esas necesidades de apoyo y se suelen asociar a consumo [de tóxicos] (…). Y en el caso de muchas personas de etnia gitana que tienen discapacidad intelectual, por un proceso más de estereotipo social, se suele considerar que están fingiendo o que están intentando aprovecharse. Pero también depende de la situación de estrés, porque al final son momentos en que la tensión es muy alta, todo es muy poco accesible y en muchos casos los derechos no se tienen muy en cuenta, sobre todo porque se creen que les están tomando el pelo.”

Bruno, facilitador: “Si se utilizan frases muy largas, una persona con discapacidad intelectual que tenga dificultades en la atención, por ejemplo, va a tener dificultades en atender, en poder atender toda esa frase larga. Entonces se va a quedar con una parte pequeña de esa pregunta que quizá esté contestando de una manera, quizás diga «sí» o diga «no», pero no porque quiera afirmar o negar, sino porque ha entendido una parte muy pequeña de la pregunta. Entonces no está pudiendo contestar a las preguntas sobre lo que le ha pasado, está malentendiendo esas preguntas y sus respuestas están siendo juzgadas.”

Elena, facilitadora: “Hay un hecho que es muy frecuente, y es que me encuentro con personas con discapacidad intelectual que están en prisión por quebrantamiento del acuerdo. El acuerdo consiste en que te dicen «es muy fácil, elige entre prisión o pagar la multa». Evidentemente, a mí si me dicen eso elegiría pagar la multa. Pero ocurre que no es función del abogado —o sí, no lo sé, pero no se hace— el garantizar que la persona comprenda qué es pagar la multa, cuál es su importe, en qué tiempo tiene que pagarla, qué pasa si no la paga. Es decir, hay que explicar todo ese proceso de pagar la multa porque si elige pagar la multa y luego no la paga, porque no puede o por lo que sea, entonces acabará entrando a prisión. Hay que hacer un procedimiento para pagar la multa y nadie les ha explicado ese procedimiento. Te encuentras con que te dicen «como nadie me dijo nada yo no he pagado; no sé cómo pagar la multa; no sé dónde se paga; a mí nunca más nadie me dijo nada de la multa, igual se olvidaron y pues no la pagué». Como eso hay muchísimos acuerdos que a veces no se están cumpliendo, no tanto porque quiera o no la persona —que a veces también, evidentemente—, sino porque el acuerdo no ha sido bien explicado y comprendido. Yo tengo casos de gente que está entrando en prisión porque no ha pagado la multa y no eran tan conscientes en el momento de firmar. Todo eso hay que explicarlo muy bien y claro, no está funcionando así. Por eso es tan importante que la persona comprenda muy bien lo que está firmando.”

Almudena, facilitadora: “Hay personas con discapacidad intelectual que no hacen la llamada cuando son detenidas porque no tienen dinero en el bolsillo. Ahí está muy claro que la persona no ha entendido que la llamada es gratuita. Es que tú te vas al acta de lectura de derechos y en ningún lado pone que la llamada es gratuita, porque se sobreentiende que la gente va a entender que allí no tienen una cabina de dinero. Pero no se puede sobreentender lo que entienden las personas porque hay malentendidos en cosas muy cotidianas de la vida.”

Ana, abogada: “Muchas veces nos ocurre que hay personas que tienen unos tiempos de latencia largos. Recuerdo perfectamente el caso de una chica, cuando tú le preguntabas algo, hasta que ella procesaba la información que tú le habías preguntado, pensaba la respuesta y luego te la trasladaba, pasaban minutos. Minutos de silencio que en el juzgado son como horas: la gente se empieza a mirar, el juez tamborilea sobre la mesa, el fiscal se pone nervioso, le empieza a acribillar a preguntas, «¡bueno, a ver, conteste a la pregunta que le han hecho!», y ya es peor porque la persona no entiende. Si no le has dado tiempo para pensar y procesar la primera pregunta y después le haces cuatro preguntas seguidas, no consigues que la persona te pueda responder.”

Almudena, facilitadora: “Ahora te hacen enviar todos los papeles escaneados para que no les esté llegando tanta carta en papel, prefieren que lo mandes todo por correo electrónico. Pero necesitas un sitio donde ir a escanear o tener un móvil que te permita hacerlo y saber hacerlo. Y no toda la gente tiene o sabe. Ahora tenemos que enviar los papeles de una persona que no tiene un móvil para poder escanear y no sabe mandar un correo electrónico (…). Parece que nadie se da cuenta de que si no tengo dónde escanear, de que si no sé hacer una foto, que si no sé mandar un mail, o si no tengo un móvil con internet, no puedo hacer nada de eso. ¡Es que aún hay gente que tiene móviles con tapa y ahora parece que han desaparecido de la faz de la tierra! ¿Dónde te metes el QR, el certificado digital, hasta el de vacunación y toda la pesca? Si tienes un móvil con tapa, eso no existe.”

Bruno, facilitador: “Se trata del caso de una chica que verbaliza que ha recibido abusos sexuales por parte de una persona desconocida del barrio. Al leer el juez que tenía discapacidad intelectual, quería desestimar el caso porque creía que las personas con discapacidad tenían una sexualidad desaforada y no daba credibilidad a que esa chica no hubiese consentido, simplemente por tener discapacidad intelectual. Ahí se cuestionaba su propia forma de expresar la sexualidad y su palabra.”

Teresa, fiscal: “Si no tenemos los conocimientos y la formación adecuada podemos pensar directamente que la persona miente. Eso es lo más fácil (…). En cambio, si tenemos formación, sabemos que las personas con discapacidad intelectual pueden incurrir en contradicciones por muchas razones, entre otras porque las preguntas no se le formulan de una manera correcta o adecuada.”

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Una respuesta a La Justicia burguesa y la opresión a las personas con discapacidad

  1. Aurora dijo:

    Buenos días, después de leer el artículo no puedo estar más d3 acuerdo con el planteamiento, pues si de por si la dinámica y lenguaje en los juzgados es ya muy complicada e inaccessible a veces para las personas con estudios pero desconocedoras de su vocabulario especifico, no dudar ni un momento en que personas con discapacidad o pocos estudios se perderan irremediablemente en los recovecos de una justicia totalmente injusta.

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